Lejos de dedicase a realizar gestiones o en su caso regir
como su puesto lo indica que se definan las comisiones y que sean asignadas a
cada uno de ellos Prisciliano Rentería tomo l cubículo de regidores para
atender asuntos jurìdos de sus clientes como abogado penalista que es.
El ex candidato independiente se encuentra muy preocupado
por solucionar los asuntos penales que le dan de comer, sin embargo le preocupa
también cobrar su primera quincena por lo que traslado sus archivos al cubículo
donde se le vio muy preocupadla numero 20 o leyendo el libro del sistema penal
federal asunto que lo hizo portarse indiferente ante las preguntas que le hacia
el reportero.
Sin dejar de leer ese libro y sin voltear a ver al reportero
contesto que su regiduría es la numero 20 y que no se han asignado las
comisiones, esto es, el flamante PRICILIANO RENTERIA que gano la regiduría gracias
a la participación que se le dio dentro de la Planilla del ex alcalde Jesús
Roberto Guerra, está solucionando asuntos personales en un cubículo de
regidores en espera a que le sean asignadas sus comisiones y no ha regido el
derecho como representante de la ciudadanía de reclamar las comisiones que le
convenga a la ciudadanía que representa.
Es como si estuviera en espera de que se le comisione para
lavar los baños bien limpiarle los zapatos a Chucho de la Garza claro está que
va aceptar cualquier comisión que se le asigne.
El regidor independiente ha sido visitado en varias
ocasiones por brigadistas que aun reclaman las últimas tres semanas de labor
que rindieron durante la campaña de Jesús Robert Guerra, sin embargo, debido a
la razón de que son simpatizantes del ex candidato independiente Jorge Prisciliano Rentería Campos, nombre
completo del regidor, se sobre entiende que le corresponde pagarle a él, puesto
que su labor hicieron para que llegara como regidor.
El comportamiento insípido del regidor independiente dan por
un hecho que a sus brigadistas solo los tiene dando vueltas de oquis, pues a algunas
de estas personas los tiene alucinados
con promesas de darles trabajo, mientras que a otras más les pide tiempo para
liquidarles sus dos cinco semanas de salario que se les prometió como
brigadistas en diferentes sectores de la ciudad durante la campaña de proselitismo.